PODER Y CRÍTICA | REDACCIÓN | La alcaldesa de Centro, Yolanda Osuna Huerta, cerró el 2025 como una de las peores gobernantes del municipio de Centro y de Tabasco en los últimos años, superando por mucho a su antecesor Evaristo Hernández Cruz; Villahermosa fue calificada este año como unas de las ciudades más sucias, inseguras y en abandono de México.
Con un presupuesto de más de 3 mil 820 millones pesos en el 2025, más ingresos propios que superaron los mil 200 millones de pesos, Yolanda Osuna que paso de priista a morenista colocó en bandeja de plata al municipio más importante de Tabasco en manos de la oposición y con muchas posibilidades que cambie de color.
El problema de bacheo, calles en pésimas condiciones, el robo descarado en la asignación para subsanar este problema; con un alumbrado público. más que deficiente, compra de luminarias a sobre costo y parque en abandono son los principales señalamientos contra la alcaldes que salió de la cocina a la presidencia; una burócrata que por circunstancias y negociaciones de poder político rebotó en la silla municipal.
Ante el saqueo que diversas voces opositores han puesto hasta en el panorama nacional y la probada malversación de los recursos públicos Yolanda Osuna tuvo que recurrir este cierre de año a nuevos cobros e impuestos que levantaron airadas protestas de comerciantes.
Los pequeños empresarios protestas por el cobro de publicidad en establecimientos comerciales: «la presidenta municipal optó por el libreto clásico: negar que se trate de una medida nueva y escudarse en un reglamento que —según ella— existe desde 2002….Osuna Huerta asegura que no es un impuesto, sino un “derecho” que siempre ha estado ahí, aunque durante años fue ignorado, tolerado o simplemente no aplicado», se lee en redes sociales.
Hoy, casualmente en medio de una política recaudatoria cada vez más agresiva, el Ayuntamiento decide “recordarlo” y aplicarlo con supervisiones selectivas que han encendido las alarmas del sector comercial: “No se ha desempolvado nada”, dice la presidenta.
El cobro sí apareció de la noche a la mañana, sin socialización previa, sin campañas informativas claras y con visitas de inspección que más parecieron actos de presión que procesos administrativos ordinarios.
El argumento de que el derecho ha sido cobrado “de manera regular” choca con la realidad: si así fuera, no habría molestia generalizada ni sorpresa entre los comerciantes. La inconformidad no nace de la ilegalidad, sino de la discrecionalidad con la que hoy se aplica una norma dormida durante más de dos décadas.
«Mientras la alcaldesa presume apertura al diálogo y anuncia reuniones con la Canirac, la percepción en la calle es otra: un gobierno municipal desconectado de la realidad económica, que aprieta al comercio formal mientras la informalidad sigue creciendo sin control en Villahermosa», es el reclamo en los espacios digitales del ciberespacio.
«La ley puede tener más de 20 años, pero la forma en que hoy se aplica exhibe un problema más profundo: un Ayuntamiento que gobierna desde el reglamento, pero no desde la realidad», dice el pueblo.
A inicios de diciembre, una denuncia ciudadana evidenció la corrupción que enecabeza Yolanda Osuna al señalar un presunto robo sistemático y venta ilegal de combustible en la Subcoordinación de Parques y Jardines, una práctica que no solo implicaría un daño directo al erario, sino también un alto riesgo para la seguridad de los trabajadores.
De acuerdo con testimonios internos, el coordinador del área, Luis Alonso Ávila Lizárraga, junto con su subordinado, el jefe operativo Joel Salvador, habrían montado una red de extracción ilegal de combustible aprovechando camiones y camionetas oficiales del municipio.
Los denunciantes aseguran que el desvío superaría los 500 litros de combustible por semana, los cuales presuntamente serían comercializados de manera ilegal, configurando un posible delito de robo de recursos públicos y huachicoleo municipal. Según la información proporcionada, dentro de las propias instalaciones del área se mantendrían almacenados más de 400 litros de combustible, que serían extraídos gradualmente para su venta.
Además del posible delito, la denuncia subraya un aspecto crítico, el almacenamiento irregular de combustible en instalaciones municipales representa un riesgo permanente de explosión, poniendo en peligro la vida de trabajadores y personas que diariamente laboran en el lugar. Una situación que, de confirmarse, no solo implica corrupción, sino también negligencia grave en materia de seguridad laboral y protección civil.
De acuerdo con los denunciantes, Ávila Lizárraga presume abiertamente que “no le hacen nada”, argumentando que cuenta con protección directa de la presidenta municipal Yolanda Osuna Huerta, derivada de añejos vínculos familiares.
Yolanda Osuna Huerta la peor alcaldesa de Tabasco, cierra el 2025 abriendo las puertas a la oposición. La corrupción y el saqueo así lo confirman. Las encuestas no mienten, Villahermosa, sigue siendo Villabaches, Villasucia, Villainsegura…Y lo que se acumule este 2026.






