PODER Y CRÍTICA | REDACCIÓN | La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, expresó confianza en que su gobierno logrará un acuerdo con Estados Unidos para resolver la reciente disputa en materia de aviación, luego de que el Departamento de Transporte estadounidense (DOT, por sus siglas en inglés) ordenara la revocación de 13 rutas operadas por aerolíneas mexicanas hacia ese país.
Durante su conferencia matutina, denominada “La Mañanera del Pueblo”, la mandataria subrayó que la prioridad será proteger a los usuarios y mantener la estabilidad operativa del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), al tiempo que descartó derogar el decreto de 2023 que trasladó las operaciones de carga al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
“No entendemos la decisión del Departamento de Transporte, pero apostamos al diálogo. No vamos a poner en riesgo a los pasajeros ni al funcionamiento del aeropuerto”, sostuvo Sheinbaum desde Palacio Nacional.
La presidenta calificó como “irresponsable” revertir el decreto que obligó a las aerolíneas de carga a trasladarse al AIFA, al señalar que hacerlo provocaría nueva saturación en el AICM. También negó que dicha medida haya afectado la competencia o perjudicado a las aerolíneas estadounidenses.
“No creemos que haya un trasfondo político ni un intento por favorecer a empresas de otro país. Esto se resolverá con diálogo y cooperación”, afirmó.
Sheinbaum adelantó que este viernes sostendrá una reunión con representantes de Aeroméxico, Volaris y Viva Aerobus, así como con los titulares de la Secretaría de Marina, del AICM y del AIFA, con el objetivo de definir una postura conjunta ante la decisión del gobierno estadounidense.
El conflicto surge tras meses de fricciones regulatorias, en los que Estados Unidos acusó a México de obstaculizar la competencia al reasignar franjas horarias —conocidas como slots— en favor de aerolíneas nacionales.
Desde 2016, ambos países mantienen un acuerdo bilateral de transporte aéreo que ha permitido ampliar rutas y aumentar la conectividad entre ambas naciones. Sin embargo, la revocación de rutas marca un nuevo punto de tensión en la relación aeronáutica bilateral.
Mientras tanto, el gobierno mexicano insiste en que la reubicación de operaciones de carga al AIFA fue una decisión técnica, no política, y que el país continuará buscando una solución “sin afectar la competitividad ni la seguridad aérea”.







