CHETUMAL | Vetada, flaca, ojerosa, cansada y sin ilusiones así lució la alcaldesa de Othón P. Blanco, Yensunni Martínez Hernández, en la Asamblea Informativas sobre la reforma al Poder Judicial, el pasado 16 de los corrientes junto a Gerardo Fernández Noroña, donde aparte de los aplausos colectivos de los acarreados al bajar del templete también recibió rechiflas y reclamos sobre sus actos de corrupción en lo poco más de tres años que llega al frente de la comuna.
Lo que le reclamaron delante de Noroña fue el gasto innecesario en la construcción de un elevador a un costado del Palacio Municipal cuando ya existe uno en su interior, el cual requiere mantenimiento, la presidenta municipal salió al paso de las acusaciones y justificó su construcción como una forma de apoyar a las personas discapacitadas y adultos mayores, pero esto no convence a muchos, ya que la reparación del viejo elevador habría sido una solución más económica y eficiente.
Este elevador se suma a la larga lista de proyectos en los que millones de pesos se han invertido para el supuesto bien de Chetumal, ciudad que sigue sigue sumida en la oscuridad, con colonias enteras en penumbras y otras con luces parpadeantes, así como calles en mal estado y zonas que, con una simple lluvia, se desbordan y complican la vida de los residentes.
Lo que es aún más sorprendente es que el nuevo elevador se está construyendo afuera del palacio municipal, lo que afectará la estética del icónico y emblemático edificio de la capital quintanarroense, además, la falta de transparencia en cuanto al monto de inversión y la licitación de la obra ha generado sospechas y críticas entre la población.
Según lo chetumaleños, el Palacio Municipal es un edificio histórico y emblemático de la ciudad, y cualquier modificación que se haga debe ser cuidadosamente considerada y justificada, en este caso, la construcción de un elevador afuera del edificio puede ser visto como una alteración innecesaria de la fachada del palacio municipal y quedará como un apéndice poco estético del icónico edificio.
Yensunni Martínez esta en la «congeladora» está vetada por el ritmo de vida privada dedicada a bajar de peso, que sus allegados aseguran que ya sobre pasa los 30 kilos muy notorios en su físico, pero también por los indicadores que la señalan como la peor alcaldesa de México poniendo en riesgo a Morerna que podría perder la capital si no se endereza el ritmo:
Los datos refieren que la capital del estado fue castigada con el presupuesto para la cartelera artística del carnaval 2025 todo a los errores administrativos y poca aceptación de la presidenta Yensunni Martínez, no es la primera vez que es castigada este año, su castigo fue no asistir a la Fitur 2025 celebrada en España.
La cartelera no tiene ni el más mínimo empeño a comparación de las de otros municipios como Solidaridad y ni que decir de Cozumel, pero todo esto es gracias a las malas acciones de Yensunni Martínez Hernández, que pese a ello lo anunció con bombos y platillos.
En las redes sociales no se hicieron esperar las críticas contra la cartelera del carnaval que es la ‘más pobre’ en cuanto al elenco artístico, se comenta que las arcas están quebradas y por eso puros grupos tropicales y de tercera.
Yensunni atraviesa por una etapa crítica en su vida sentimental por la que fue reprimida, se le acusa de abandonar a su pareja que es el líder de Morena en la capital por su maestro de fitnes, con el cual cierra calles para hacer ejercicio y por lo cual los capitalinos se le fueron encima lo que molestó hasta en las más altas autoridades del estado.
Recientemente tambien, Yensunni firmó el Decálogo de conducta para los funcionarios de morena que en el último capítulo dice: «El poder se ejerce con humildad y no hay espacio para banalidades»