PODER Y CRÍTICA | REDACCIÓN | Este lunes 1 de diciembre, Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, se declaró culpable de cargos de narcotráfico ante una corte federal en Chicago, Estados Unidos.
Joaquín y su hermano Ovidio Guzmán López, conocidos como “Los Chapitos”, son señalados por autoridades estadounidenses de liderar una fracción del Cártel de Sinaloa dedicada al trasiego de fentanilo y otras drogas hacia territorio estadounidense. En 2023, fiscales federales describieron su operación como un esquema capaz de enviar cantidades “asombrosas” de fentanilo al país.
Joaquín Guzmán López y Ismael “El Mayo” Zambada fueron detenidos en julio de 2024 en Texas, tras aterrizar en un avión privado. Ambos se han declarado inocentes en otros procesos relacionados con tráfico de drogas, lavado de dinero y portación de armas.
La captura de los líderes generó una ola de violencia en Sinaloa, donde se enfrentaron distintas facciones del propio cártel.
Ovidio Guzmán fue el primer hijo de “El Chapo” en aceptar un acuerdo de culpabilidad. Reconoció haber supervisado la producción y envío de cocaína, heroína, metanfetamina, marihuana y fentanilo hacia Estados Unidos, sustancias que alimentan la crisis de sobredosis que enfrenta ese país.
El acuerdo fue considerado por especialistas como un avance significativo para las autoridades estadounidenses en la investigación contra la estructura del Cártel de Sinaloa.
Joaquín “El Chapo” Guzmán cumple cadena perpetua desde 2019, tras ser condenado por dirigir la organización criminal durante más de dos décadas, periodo en el que contrabandeó grandes cantidades de drogas hacia Estados Unidos. Tras su caída, sus hijos habrían asumido parte del control de la red, de acuerdo con las autoridades.
Con la declaración de culpabilidad de Joaquín Guzmán López, la justicia estadounidense suma otro capítulo en su ofensiva judicial contra la cúpula del Cártel de Sinaloa.






