Se entiende ahora porque la aspirante a gobernador del PRI dio un descanso al intenso programa de reuniones y encuentros que llevaba a cabo por todo el estado de Tabasco.
No es para menos; no poder sostener la palabra empeñada hace apenas unos meses con la población tabasqueña; siendo responsable y operadora de la reforma energética del presidente Peña, tendrá que asumir las consecuencias y costo político de representar los intereses del grupo presidencial; que se ha visto desmedido, voraz y patrimonialista.
Gina deberá despedirse de sus aspiraciones políticas, al menos durante estos meses en lo que opera su próxima cortina de humo para distraer a los ciudadanos del terrible daño que como presidente de la comisión de energía, le ha causado a México.
El PRI tabasqueño, mientras tanto, deberá buscar de entre los retazos un aspirante que no sea cómplice del gobierno federal en el saqueo desmedido a la nación.