Venezuela, 23 julio; poderycritica.-La caída económica de Venezuela se sitúa entre las más graves de los últimos 60 años en el mundo, consideraron expertos que propusieron la intervención de la comunidad internacional para evitar el colapso total. «Si se cumplen las proyecciones de los organismos multilaterales para 2018, Venezuela habrá perdido cerca del 50 por ciento de su producto interno bruto en cinco años», indicaron catedráticos venezolanos que laboran en prestigiadas universidades estadunidenses. «Esta caída se encuentra entre las catástrofes económicas más grandes de los últimos 60 años, por encima de la sucedida en Zimbabwe entre 2002 y 2008, y comparable solo con la de países exsoviéticos luego de la transición del comunismo. O a la de conflictos bélicos como los de Irak, Liberia, Libia y Sudán del Sur en las últimas tres décadas», apuntaron. «Veinte años de chavismo han dejado a Venezuela en una condición de invalidez tal que rescatarla va a requerir ayuda internacional en la acepción más clásica del término. América Latina y la comunidad internacional deben entenderlo así y asumir el rescate de la nación latinoamericana como una urgencia», precisaron. En un escrito publicado en The New York Times, Ricardo Hausmann, director del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, junto con los investigadores Miguel Ángel Santos y Douglas Barrios, proponen un esquema para rescatar a Venezuela de la crisis. Los expertos en economía y finanzas recordaron que desde 2013 siguen de cerca la situación en Venezuela, el año en el cual murió el líder Hugo Chávez, y a partir de esa fecha el camino hacia el deterioro del país sudamericano se ha profundizado. «Trabajando con un grupo de economistas venezolanos, calculamos que (en 2016) se requerían 54 mil millones de dólares en cinco años; una cantidad similar —diez veces la cuota del país— a la ayuda que el FMI le dio a Grecia en 2010 y a Argentina hace algunos meses». Al actualizar nuestros estimados con los datos más recientes, hemos tomado conciencia de que los 54 mil millones de dólares que propusimos el año pasado ya no alcanzan, añadieron. La causa de esta insuficiencia es la enorme destrucción de valor en los últimos 12 meses, indicaron los expertos al destacar una caída del 29 por ciento de la producción petrolera . La rápida recuperación del país y la atención a su crisis humanitaria debe ser una prioridad para América Latina y un imperativo moral para el resto del mundo, manifestaron los investigadores. La debacle de Venezuela ha generado consecuencias funestas para la región: una crisis de refugiados, el regreso de enfermedades ya erradicadas —como el sarampión y la malaria— y problemas asociados al narcotráfico, la corrupción y el lavado de dinero. Por otro lado, la negativa del régimen venezolano a aceptar ayuda humanitaria es una muestra más de que las consideraciones políticas pueden llegar a predominar sobre el derecho a la vida. El hecho de que la tragedia venezolana sea producto de la implantación gradual de un modelo de dominación social a través de la represión y el hambre, le impone a la comunidad internacional la obligación de intervenir para evitar una catástrofe humanitaria mayor, puntualizaron.